Las cosas con Agustín vienen raras. Él está re enganchado conmigo, pero me doy cuenta que yo no tanto con él. Más allá de lo que me atraiga suyo, me resulta confuso la forma de tratarnos que tenemos. Y en esto tiene mucho que ver el hecho de que no estoy acostumbrado a estar en pareja, me resulta raro compartir una estrecha relación con alguien, que difiere con la relación que tengo con los demás dentro de nuestro grupo de amigos.
Cuando estamos en grupo, somos muy distantes entre nosotros, Agustín y yo. Creo que él nomás lo hace por imitar mi forma de actuar; por mi parte, no me gusta estar "en pareja" frente a los ojos de mis amigos porque me hace sentir incómodo, aunque de a poco voy cambiando de idea. De todas formas, si somos 3 (Agustín, otro amigo más y yo) no da como para que nos hagamos caricias y toda la boludez de novios porque es muy incómodo para la otra persona (y para mí tambien). Pero la distancia que impongo con él es excesiva creo.
Y esa distancia que marco en reiteradas ocasiones, en distintos contextos, frente a distintas personas (gente que sabe o de nuestra sexualidad, gente que sabe o no de nuestra relación) ha provocado que yo constantemente actúe de esa manera, incluso cuando estamos solos.
Ayer estuvo de visita en mi casa y me propuso pasar un día del fin de semana en una playa cercana de por acá, solos. La verdad que no me desespero por pasar un día sólo con él, sería raro, sobretodo despues de haber compartido tanto entre amigos, pero a nuestra relación le hace falta. Ojalá pueda recuperar un poco el placer de disfrutar solamente en pareja. Al mismo tiempo quiero ver qué tanto podemos compartir juntos, porque si bien compartimos cosas en común porque yo conozco y entiendo sus gustos e intereses, él no da mucho lugar a conocer los míos, que notablemente son distintos porque vivimos diferentes etapas de nuestras vidas -nomás falta un poco de interés de su parte-.
El contraste con la química que tengo con Daiana
Los pasados días estuve viendo a Daiana y fue divertido. Volver charlar, hablar de nuestras cosas, cosas con las que nadie más hablo, códigos que nosotros solos manejamos... nuestra química sigue siendo especial. Tambien hay cosas que con ella no comparto y trato de enfocarme en eso para marcar una distancia apropiada del pasado que tengo con ella de la amistad que sostenemos hoy. Pero es muy notable la confidencia que podemos tener nosotros, a los ojos de quienes nos observen; como así le pasó a Agustín, quien nos vió conversar sin poder opinar del tema en cuestión (fuera de su conocimiento e interés - porque así es, Agustín y Daiana se conocieron la semana pasada, lo cuál me resultó muy incómodo).
Siento que eso es lo que me falta con Agustín, pero quizás lo pueda conseguir con el tiempo, limando nuestras diferencias y puliendo nuestra relación.
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