¿La persona que esperaba que llegue?

on 17:10

Conocí a Victor por una pagina web de contactos. De tanto en tanto me llegan mensajes que suelo contestar, pero depende de mi humor, y de lo que me parezca la persona según la descripción de su perfil. Nos agregamos al Messenger y estuvimos charlando un par de veces en febrero. Solo fue un par de veces. Sobre finales de marzo planificamos un encuentro. Yo no esperaba mucho, pues con el hecho de saber de sus 36 años no me generaba algún interés. Pero le dí la oportunidad de conocernos y pudo conmigo.

Ese día paseamos todo el día en el centro, caminamos bastante y conversamos un montón. El se mostraba como una persona transparente y sincera. Decía que quería disfrutar la vida con alguien al lado, sin prejuicios ni condiciones.
Llegamos al portón de mi domicilio y subió para pasar al baño. Sé quedó charlando unos momentos… y ocurrió.

Se dio ese momento. Él se estaba por ir, y no se fue mas. Era jueves, se quedó. Se hizo viernes, se quedó. Y yo estaba entregado.
Al poco tiempo se lo presenté a mis amigos y ellos muy convencidos no estaban de que fuera la persona para mí. Hubo conflictos por eso, más allá de los que habían ocurrido para el momento de mi cumpleaños. Sin embargo, de mis amigos, Victor tuvo desde el principio muy buena relación con Franco.

Durante todo abril, la mayoría de los días de la semana Victor se quedaba en mi departamento. Estaba viviendo algo único. Nunca le había dado tanto espacio ni tiempo a nadie en mi vida, incluso dejaba que se quedara cuando yo me iba. No sabía por qué lo hacía. Sentía que era algo raro. Pero por primera vez en la vida –y con algo de su ayuda- me dejé llevar y no me bloquee como suelo hacer desde el lugar de mis responsabilidades y mi actitud correcta.

De esta forma dejé de dedicarle tiempo al estudio y sólo estar con él. Si comprabamos algo para cenar, si íbamos a algún lugar… lo que sea. Pero no todo era color rosa. Me sentía un poco mal porque Franco, que era mi amigo, no tenía nada de comunicación conmigo ni yo con él, pero Victor y él sí. Y ahora puedo decir que no eran locuras mías, era algo que excedía los límites de una relación entre “mi amigo y mi novio” (aunque Franco nunca fue netamente mi amigo, ni Victor llegó a ser mi novio pues yo lo tenía a prueba piloto).

Pero reprimí muchas veces mi incomodidad sobre el diálogo particular que tenían ellos. Solamente me enfocaba en Victor, y a Facundo lo hice a un lado (y casi diría que hizo lo mismo conmigo). Pensaba que al ser de las primeras veces en años que estaba con alguien, quizás me estaba sintiendo un poquito celoso por demás, y no valía la pena hacer reclamos ilegítimos.

Con Victor fue especial. Todo tipo de entrega mío fue casi necesario. No me costó ser sincero con él, contarle muchas intimidades o cosas personales, cosas que no le he dicho a nadie, volverme vulnerable con él y permitirme romper en llanto ante ciertas circunstancias. No sabía por qué, lo desconocía, me desconocía, a mí y a mi comportamiento… pero me limitaba a disfrutar. Y así pasó un mes. Fueron 30 días donde gozaba de tener alguien a mi lado, aunque al mismo tiempo una pequeña voz en el fondo me decía que no deje de ser precavido, que todavía no lo conocía, que yo estaba llendo a pasos muy apresurados. Esa voz de la razón y la lógica que siempre me rige, fue la que opté por dejar de escuchar.

1 comentarios al respecto:

Anónimo dijo...

Pareceré malo y puedo serlo por lo que te diré pero es que todo comenzó mla desde el principio al haberle dado tanta confianza.

Obviamente me ha pasado el que llegue alguien y me arme ilusiones y eso, pero es distinto que ya esté contigo y viva a tu lado, tiene que haber mucha entrega y un cariño inmenso para eso porque es lo que permite hacer sólida una relación, asi como derrumbarla.

Mal porque el tomara todo tu tiempo, pero ya sabes, muchos de los errores que tenemos quedan de experiencia y asi encontraremos más oportunidades para llegar a una verdad entera, nuestra felicidad.

Besos!!!

Cori