
El juego de roce que existió (y a veces ocurre todavía – eso contesta a El Humanista) es algo que disfruto mucho cuando se dá (que no es siempre que me quedo a dormir, sino cuando se da la circunstancia). Pero a veces me creo que lo hace solamente para tenerme a mí con el deseo de su cuerpito, porque no sé si a él le interesa ese rose conmigo. Todo pareciera indicar que sí, pero muchas veces parece un histeriqueo… por eso mucho no entiendo cuándo son las ocasiones que me permite que me acerque a él. Pero algo de lo que cada vez estoy mas seguro es que así como yo espero que se me dé la posibilidad de tener su cuerpo cerca del mío, él disfruta de tenerlo a Esteban cerca (el otro chico del grupo de El Barrio). Lo busca, le juega, le da vueltas, así como a mí me gusta hacer con él. Es como si fuera un juego en un triángulo no correspondido. Este triángulo no se cierra porque Esteban es imparcial a este juego, y siempre se queda mirando desde afuera.
Yo sé que Esteban se está reprimiendo muchas cosas y no se permite disfrutar de ese deseo sexual que todos sufrimos a la edad de esa plena adolescencia, pero su caso es muy particular. Pero antes, de chico, él era mas expresivo. Antes demostraba más (antes, y hablo de chico chico, como a los 6 u 8 años). Antes se le notaba más lo maricón, antes me demostraba mucho que yo le gustaba. Antes se me acercaba y quería que yo tuviera un contacto con él… pero yo solamente me hacía el estúpido. Cobarde, huía de esas situaciones que de tan chico me eran tan incómodas, y no podía enfrentar, sino –como siempre era más facil hacer- ignoraba las cosas y hacía de cuenta que no pasaba nada… como quien dice, hasta que pase la tormenta. Últimamente aprendí que de situaciones así de las que siempre escapaba pueden ser muy interesantes si uno se atreve a enfrentarlas… cosa que he aprendido a hacer, pero bueno, eso ya es otra cuestión.

En respuesta a unos comentarios, sé que por Ignacio no siento nada de afecto, no puede haber amor. Tambien sé que él no lo siente por mí, porque ya me alcanza con ver que a él le atrae físicamente Esteban. Pero quitando todo este juego sin sentido, Ignacio, agrandado como es, está en su etapa de intentar demostrar toda su hombría y machismo propio de su edad y su grupo de amigos. Ahora mas que nunca se agranda y va en busca de mina que se le cruce para tranzar con

Por el momento, Esteban y yo estamos compartiendo bastante. Nos vemos seguido, nos conectamos, charlamos, nos vamos de paseo… y nos aburrimos mucho. Sin el impulso necesario (ese impulso lo suele dar Ignacio cuando se encuentra presente) con Esteban me puedo aburrir demasiado, porque se pone de mal humor sin razón (o por razón desconocida) y yo ante tal caso me distancio, y respeto su actitud y sus silencios, pero es algo que puede tornarse muy tedioso. Hoy nos vimos, pero no fue así, porque hoy yo estaba divertido, estaba tonto y bromeaba de tal forma que pude animar la situacion (esa tontera es método que aprendí de lo divertido, aunque mediocre, que puede ser el aporte que dá Ignacio en cada encuentro).
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