Domingo entre amigos, si, amigos

on 8:48

Una nueva linda tarde de domingo. Nuevamente acompañado de Ariel, pero esta vez solamente con él. Charlamos un montón. Y de todo un poco. Desarrollamos bastante sobre la situación con su pareja despues de los conflictos, y cómo sigue la historia.
Y despues de escucharlo tanto me pasó la pelota. No había otra, me tocaba:

- ¿Y vos Alexis? ¿No pensas en tener pareja?
- Y... no sé. A veces sí y a veces pienso que mejor no por ahora. No sé si es mi momento. De verdad me gustaría poder compartir un montón de cosas con alguien muy especial en mi vida. Pero a veces siento que no estoy dispuesto a la responsabilidad y el compromiso de una relación. Y tambien siento algo de miedo.

Así fue que empezamos a tratar el tema, "mi" tema. Y entre todo me dijo:


- No quiero decir que seas inmaduro -dijo él-, pero pareciera como que te falta por pasar muchas cosas, muchas experiencias. Yo no me arrepiento de nada de lo que viví. Si graficamos tu vida, sería una linea recta. Sin embargo la mía es lo mas similar a un electrocardiograma -me causó gracia su comparación-. Vos sos un chico perfecto... -ahí lo interrumpí-.
- No, perfecto no...
- Quiero decir, sos muy correcto -se corrigió-. Sos simpático, lindo, inteligente... Pero pareciera que vivís en tu mundo encerrado y ahí no te pasa nada. Y es por eso que siempre estás bien.

No estuve muy de acuerdo con su comentario -al margen de que siempre fuí calificado como "correcto"-. Osea, a él le pasaron muchas cosas, pero causaron un estruendo y por eso todo el mundo supo lo que le pasaba. No supe explicarle en ese momento que a mi me habían pasado muchas cosas, pero todo ocurría dentro de mi burbuja, dentro de mi mundo y no permitía que nada saliera al exterior. Pero todos esos cambios me afectaron. Y me afectan; nomás que soy menos demostrativo que él, frente a los demás.


- Yo no me arrepiento de nada de lo que me pasó, ni de la gente que conocí. Y es así que llegue a tener tantos amigos. No sé, cuando llegamos a esta ciudad a empezar la vida por nosotros mismos yo era tan diferente. Y siento que crecí.

Si, yo tambien crecí. Y me pasaron muchas cosas, pero insisto, no las saqué a la luz. Bien o mal, fue mi manera. Eso de que conoció mucha gente y tiene muchos amigos es cierto, y es lo que realmente admiro de él, y siempre está acompañado (eso tiene que ver con que no puede estar solo), y siempre ve a alguien. Y si me pongo al lado suyo, nada que ver yo. Me cuesta mucho conocer gente y es muy típico que yo pierda el contacto. (No es que me crea un estrella total, super exclusivo y selectivo... nada que ver, todo lo contrario).

No sé. La verdad que no sé que quiero. Pero no me arrepiento de nada. Sé que hago lo que puedo y disfruto todo en cuanto creo que es conveniente. Me privo de muchas cosas, pero porque creo que realmente lo vale, a modo de sacrificio -priorizo mucho los estudios como mi único responsabilidad- y me juega en contra en varios aspectos (como el tiempo que podría utilizar para aprender a sociabilizarme, mi eterna asignatura pendiente).

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Despues de que nos despedimos, vine a casa. Empecé a lavar ropa que tenía para no acumular más de lo que dejé en la semana mientras escuchaba música. Y en eso me llega un mensaje de texto (nada mas molesto que tener que atender el celu cuando uno tiene las manos mojadas - si bien era un mensaje, el tono del mensaje era prolongado y tenía que apagarlo). Era Daiana. Me escribía sin alguna intención en particular. Me alegró tener noticias suyas porque estuve pensando en ella y hacinedome la cabeza con historias fantasiosas muy ajenas a la realidad (al margen, me fui, jeje). De todas formas, todo lo que pintaba muy agradable terminó cortante así:
Bueno, que descanses, te extraño amigo.
Cuando se dice "amigo" se está puntualizando y especificando, para que el interlocutor sepa que "somos amigos" (por si no sabía). Pasa que entre ella y yo todo se puede sobre-entender. Y creo que otros mensajes anteriores se han prestado para sobre-entender. Pero ahora me pinchó todo el globo diciendo "te extraño, amigo". Osea, todo bien, sé que soy tu amigo, no me lo digas (¬¬); aunque claro que me hubiera gustado pensar que capaz me lo decía de manera mas profunda. Me revienta no poder dejar de hacerme la cabeza. Encima, nunca nos tratamos de "amigo/a", está demás. Incluso nos tratábamos como "hermanos", por eso sobre todo me extrañó. ¿Que etiqueta me estás poniendo en tu vida ahora, Daiana?.

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Cori