¿Juguete averiado?

on 7:58

Alguna vez hablé de mi dificultad para tener "intimidades" con otra persona. Es algo que me hizo sentir muy incómodo. Lo nombro en pasado, no porque no es que no sea vigente, pero ya no lo siento así. Es raro. Y no he visto que nadie hable del tema, por lo que he sentido incluso que soy el único al que le ha pasado algo como esto.

Nunca supe si es inseguridad, si es biológico, si es una maldición o qué. Pero siempre que quise tratar de acercarme a alguien, de tratar de subir la temperatura en alguna situación (la vez que me lo permitiera, porque soy bastante reservado y tímido, a pesar de que no me este expresando en ese contexto) no conseguía una buena respuesta de mi cuerpo. En concreto, no recibía respuesta de mi amigo. ¿Más concreto? no se me paraba.
He sentido vergüenza por eso y tambien por sentir vergüenza creo que se me ha hecho más dificil disfrutar del placer que dos personas que se desean pueden lograr.

Tuve varias en contra. Inseguridad por el lado de mi personalidad y encima sufrir de fimosis hablando sobre mi pene. Mis momentos privados de intimidad (yo conmigo mismo - entiendase masturbación) eran un poco diferente a lo que veía que frecuentaban los demás. Me generaba mucho placer frotarme el miembro contra algo, es la única manera en que conseguía disfrutar de una erección. Nunca conseguía placer similar siquiera utilizando las manos, como es lo más común. Supuse que era por la misma fimosis, hasta que me operaron. Despues de que me operaron, mi pene se encontró muy sensible durante varios meses y debía ser muy cuidadoso. Apenas podía tocarlo yo ¡cómo permitir que alguien más metiera una mano por ahí!. Pero incluso cuando sanaron las heridas de la operación, no pude disfrutar de una "manoseada".

Y me frustraba el hecho de no poder hacerme una paja como los demás, utilizando las manos. Era absurdo, pero así me sentía. Estar con alguien y que quisiera masturbarme... ¿cómo explicarle que eso no es lo que me daba placer? Como si yo tuviera que andar dando explicaciones. Pero es lo que sentía. ¿Cómo sería poder acabar de esa forma tan relajante y placentera que se ve en la expresión de un hombre cuando consigue alcanzar el pico máximo de excitación, tal que consigue desbordar semen de su pene? (porque de hecho, cuando yo conseguía acabar con "mi método", no lo disfrutaba tanto sintiendo que no era como debía hacerlo... sintiendo que algo andaba mal en mi cuerpo). Y tambien ¿cómo sería ver concretamente mi propio pene rebalsando de semen? hecho que nunca había ocurrido frente a mis ojos.

Lo intentaba y lo intentaba. Pero no había caso. Usando las manos no me funcionaba. Y "acabar" era el inicio de una angustia ilógica e inéxplicable.
Esto es una de las incomodidades más grandes que me tocó vivir con mi cuerpo. Y penosamente me tocó tener que explicárselo al chico que fue mi "aventura de verano", Rubén (de quien tengo pendiente contar). Pobre Rubén, tuvo que hacerse a la idea que estando conmigo, tendríamos que rebuscarnos cosas para hacer sin que yo acabara, simplemente no podía.
Si no estaba solo... no podía acabar. Nunca. Solo hubo alguien con quien lo había conseguido y lo había disfrutado al punto máximo... sí, él, quien hoy no me interesa nombrar (Ignacio).

El tema desarrollado en este post concluye en El poder y la fuerza entre mis manos.

2 comentarios al respecto:

Lorcre dijo...

Hola Alexis,soy Lorcre del ForoGay,decirte que me gusta tu blog y que tengo un foro propio...no hay mucha gente,ni mucho que descargar(aun),pero ya voy a empezar a colgar pelis.Asi que si te animas te espero en mi foro.
http://gaydeluxe.creatuforo.com/

Lexis dijo...

Hola Culnamo. Gracias por tu visita en el blog. No te prometo nada, pero al menos pasaré a mirar tu foro.

Cori