Sólo una visita

on 22:11

Ahora sí, se viene el objetivo de haber traído un post de mi viejo blog. Y es que en los párrafos siguientes me voy a dedicar a hablar de él, y un encuentro que tuvimos hace unos días.

Antes que nada vale decir que a Franco no lo veía desde... agosto me parece. Un fin de semana que Ariel y yo habíamos salido del boliche, nos fuimos a mi departamento a desayunar, tirar unos colchones y dormir. Creo que esa noche, antes de la salida, yo había hablado con Franco y habíamos acordado en juntarnos porque no nos veíamos desde hace unas semanas. Entonces, para el desayuno, planificamos que viniera él, que justo salía de trabajar.

Franco llegó. Ariel tenía bastante sueño, así que estaba recostado sobre mi cama durmiendo. Mientras Franco y yo hablábamos, Ariel de vez en cuando contestaba o me hacía gestos (dando a entender que yo estaba contento de la visita de Franco, insinuando que yo tenía algo con él).

Desde esa vez, con Franco he chateado pocas veces, y me ha contado que ha estado a trasmano entre el estudio y el trabajo. Además de todo, sobre cierta fecha había cortado su relación con el novio. Y había pasado por complicaciones sentimentales. Todo esto hizo que pase por unas semanas complicadas y estresantes, en las cuales una de su forma de descargue era conversar conmigo vía messenger (porque no había otra alternativa). Yo intentaba aconsejarlo, y apoyarle en todo lo que necesite, porque no me gusta saber que se encuentra mal. Al final de cada conversación, él siempre me agradecía por se tan comprensivo y escucharlo cuando él lo necesita.


Hace unos pocos días estuvimos conversando por messenger nuevamente. Me pedía disculpas porque decía que hace mucho tiempo que no me venía a visitar y que me tenía muy descuidado. Yo le contestaba diciendo que no había razón para tales disculpas y que en todo caso la "culpa" era de ambos, que anduvimos cortos de tiempo. De todas formas, con la llegada del mes de diciembre, iba a haber un posible encuentro, ahora que se supone disponemos de más tiempo (aunque su trabajo no lo deja muy libre).

Inesperadamente, el jueves pasado por la noche me manda un mensaje para ver si yo me encontraba ocupado y en mi departamento, porque quería pasar a visitarme, ya que andaba a unas cuadras cerca. Me tomó por sorpresa, porque no me lo esperaba, de hecho estaba a punto de cenar. Pero al final no cené y lo recibí.

Llegó, entró... trajo un poco de helado. Así que estuvimos conversando mientras tomábamos helado de chocolate, tramontana y dulce de leche. Nos contamos de todo un poco, de lo que había ocurrido ultimamente, de amigos, de cosas que pasan, "que pum, que pam". La estábamos pasando bien. Entre todo eso, mientras charlábamos, yo veía que daba vueltas en la cama.

Vale volver a decir que mi departamento consiste en una pieza y un baño nomás, por tanto recibo a mis visitas y tienen opción de sentarse en una silla o sobre mi cama, como acostumbran a hacer preferentemente. Y Franco tiene la costumbre de tomar las almohadas y usarlas de respaldo sobre la pared (una onda "manejate con confianza, estás en tu casa", pero sabe que es así, no me molesta). Pero ya para nuestra charla había adoptado otras posiciones y se había recostado de un lado, cambiado las almohadas de lugar, cambiarse de lado, ponerse boca abajo, de costado, etc. Y mientras charlábamos no me quería distraer, pero me llamaba la atención que se moviera tanto. Al mismo tiempo me daban ganas de ver si con todos esos gestos quería hacer que yo me le acerque. Pero desde que ya hace mucho tiempo empecé a tomar distancia de él y dejar de lado alguna posibilidad de que pase algo, niego cualquier posibilidad o anulo cualquier pensamiento sobre algún posible re-acercamiento. Y es que en la cama disfruté mucho con Franco, a tal punto de tomarle cariño, pero es algo que aprendí a dejar en el pasado (como a la fuerza aprendí a hacerlo con tantas cosas).

Sin embargo, en un momento me dijo que se tenía que ir. Era razonable, había dicho que al día siguiente tenía un exámen, y aunque era durante la tarde, tenía que estudiar un poco todavía y alistarse bien. Y es que en ocasiones anteriores que me ha visitado (entre las que ocurría algo durante la noche, y las otras veces que no ocurría nada) yo solía invitarlo a dormir. Pero esta vez no, y yo me quedaba con las ganas de ver si podía pasar algo más.

No entiendo bien por que, pero él despertó esas sensaciones en mí. Y luego de irse, me quedé con muchas ganas de que haya pasado algo interesante. Tenía ganas de que se hubiera quedado, de que nos acercáramos, de que nos acariciemos y entregarnos al deleite del placer. Pero no entendía por qué. Y no es la primera vez que Franco me hace sentir sensaciones que van en contraposición de mis actitudes corrientes. Yo no suelo ser un chico "calentón", del tipo que tiene a alguien cerca y enseguida se le despiertan los sentidos sexuales. Pero el cuerpo de Franco es un cuerpo al que no le "tengo miedo", no le guardo distancia porque es conocido para mí, y hasta me había encariñado con él, había llegado a extrañarlo.


En lo que siguió a ese encuentro (donde finalmente no ocurrió nada) las conversaciones por chat me daban a qué pensar varias cosas. Él comenzó haciendo chistes obsenos todo el tiempo, y terminando con un "cuak!" que me daba la pauta a pensar "es en joda pero vá enserio". No sé si es el hecho de que "me estaba tirando palos" o sólo mi parecer. Pero creo que la próxima vez que nos veamos lo voy a descubrir. Y es que como él todavía sigue complicado entre el laburo y los exámenes para rendir, acordamos una fecha para juntarnos, cosa de que yo tambien pueda reservar la ocasión de verlo. Entonces puede que el próximo 18 averigüe qué es lo que en verdad ocurre, aunque va a ser la última vez que lo vea en este año, pues el 21 (calculo yo) me estoy yendo de regreso a Ciudad1 por las vacaciones.

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Cori