El problema de mi rendimiento académico frente a la carrera universitaria que estoy estudiando no es temática nueva en mi blog, ni es cuestión reciente y me inquieta gradualmente todos los días.
No me considero un mal estudiante, pero me someto bajo la presión de no ser tan responsable y cumplidor como lo he sido en educación primaria y secundaria. Es que siempre me destacaba por mis buenas calificaciones y mi buen rendimiento. Y ahora más que nunca creo que importa el buen rendimiento académico, porque ahora es cuando estoy adquiriendo las herramientas mas importantes que hacen a mi formación como profesional, eso de lo que voy a vivir.
Sin embargo las cosas no son tan fáciles. Y es que con con el inicio de mi etapa como universitario ocurrieron y ocurren muchas otras cosas en paralelo: venir a vivir a una ciudad que poco conocía, vivir solo por primera vez (con las responsabilidades, independencia, ventajas y desventajas que presenta), reconocer y asumir mi orientación sexual, re-descubrirme como persona y reconocerme como adulto... y seguro que hay más que podría enumerar. Y a todo esto, aprendí a relajarme un poco más, a disfrutar más de darme gustos y ser un poco más permisivo, a diferencia de mi forma de ser de cuando era chico, tan estructurado, metódico y cerrado. Creo que por ser tan cerrado al mundo ponía todas mis energías en el estudio y por eso podía sobresalir. Y ahora quisiera recuperar un poco de la predisposición que tenía frente a mis responsabilidades, pero las cosas son diferentes, y tampoco puedo desear dar pasos hacia atrás, porque reconozco y valoro mucho cómo avancé como persona. Ahora aprendí a disfrutar más las grandes y pequeñas cosas de la vida, a distenderme frente a las dificultades que se me presenten, a ser un poco mas optimista y sobretodo vivir el momento.
Creo que dejé en claro la forma en que fuí cambiando desde que era chico hasta llegar a ser como ahora, que si bien no soy la persona mas relajada, distendida, eufórica, alegre y social, he dado mis buenos pasos en esta dirección y me han ayudado a mejorar muchos aspectos (aunque todavía sé que me queda camino por recorrer), pero al mismo tiempo pareciera que he desmejorado en otros. Y no es fácil de asumirlo completamente para mí.
Veo compañeros que se aplican tanto con las materias, realmente se esfuerzan y le dedican tiempo, otros simplemente tienen la facilidad de que no les resulte tan complicado salir adelante con la carrera como a la mayoría, pero a todos les tengo una ligera envidia. Es cierto, quizás me quejo por demás, o tampoco me enfoco sobre la otra parte: no soy el peor estudiante entre mis compañeros, pero creo que es notable (y dado que llegué a este punto, puedo reconocer) que soy un poco exigente conmigo mismo, pero es la forma en que intento salir adelante con algo a lo que no puedo darle importancia menor.
A veces siento bronca e impotencia porque incluso cuando doy mis mejores esfuerzos para los exámenes de evaluación no alcanzo el aprobado, incluso cuando puedo reconocer que me he esmerado. Pero tiene mucho que ver que no siempre estoy en mis mejores condiciones cuando estudio, o mas que nada en el momento que estoy siendo evaluado. No quiero que parezca algo realmente grave, simplemente que a nivel personal tengo muchas inquietudes y creo que interfieren con mis propósitos. Cuando veo un examen que me han corregido, puedo ver que incluso me equivoco en cosas que yo tenía bien sabidas y que no supe aplicar (porque o bien me olvidé, o se me pasó de largo, porque me distraje, ... miles pueden ser las razones, pero todo suma y finaliza con estos resultados que tanto me preocupan).
Cuando mencioné que me influyen cuestiones personales en el rendimiento académico, me refiero a que además de ser buen estudiante, tengo en claro otros objetivos en mi vida en los cuales quiero mejorar (ahora que lo escribo, me doy cuenta que puede parecer que 'quiero todo y lo quiero ya', ¿podrá ser así?):
- hay días en los que me pesa la soledad y encima meto presión por el lado de mi dificultad de socializarme con la gente que me rodea [este punto tiene mucho peso], tanto desde lo cotidiano (mis compañeros de clases) como con mis amigos. Dejo de ver gente, dejo de tratarme con la gente o, peor aún, cuando intento comunicarme siento que no me salen las palabras, o al finalizar una frase ya no hay forma en que pueda continuar.
- no faltan los días en que la nostalgia y/o melancolía me realiza una visita y se queda conmigo para que yo me ahogue en pensamientos y canciones que me tiran abajo el ánimo. Muchas de estas ocasiones tienen como tema central los sentimientos que tengo (o tuve, no sé, porque por ahora vengo zafando bien) por Daiana.
- la forma en que voy afrontando mi sexualidad, que si bien no es algo que me resulte tan dificil como fue en plena adolescencia, lo sigo madurando porque, como ya he mencionado, quiero llegar al punto de no tener que ocultarlo, sino hacerlo parte de las tantas cosas que me caracterizan como persona (y al mismo tiempo voy viendo que cuánto más frontal soy con estas cosas propias de mí, más original, transparente e interesante puede ser conocerme -siendo que yo no me considero la persona mas llamativa ni divertida que hay, todo lo contrario-).
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